No sé si alguna vez os lo he contado, pero me chiflan las cosas antiguas (debe ser que empiezo a sentirme identificada). Hoy quiero enseñaros alguno de mis tesoros.
El pasado Octubre estuve en una feria y me enamoré de este mueble... Venía de una ferretería de Tarrasa que había cerrado. La de cosas que podría yo guardar en todos esos cajones con lo que voy acumulando de hilos, cintas, bieses, cremalleras, cordones, cenefas, botones...y eso sin sin contar las telas¡
Total, que no me pude resistir y ya está en casa poniendo un poco de orden.
y compartiendo espacio con otros objetos que poco a poco he ido rescatando, algunos comprados y restaurados luego en casa, como este perchero
o el cabezal de mi cama... en este caso regalo de unos amigos que conocen mi pasión por recuperar las cosas viejas. Ellos lo tenían arrinconado en la masía de mas de 300 años en la que viven y yo me pasé un mes entero para restaurarlo tras lijarlo con una Dremel y barnizarlo posteriormente, pero me encanta como ha quedado.
A veces me pregunto...¿quién más habrá dormido aquí?
Otros son recuerdos de familia, como esta cocina (yo la he visto funcionar) que ahora sirve de mesita tras desmontarla para chorrearla con arena y poder eliminar los restos de oxido incrustados y barnizarla posteriormente con barniz transparente.
O el viejo reloj, que aún funciona...
Me encanta conservar las cosas que forman parte de nuestro pasado, aún conservo mi primera plancha...¿no es un amor?
Bueno, espero que os haya gustado la entrada de hoy, la verdad es que me he puesto nostálgica.
Os deseo una feliz semana y espero volver a veros entre mis telas...
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